Diplomacia gourmet: dos sombreros para un solo ‘culeco’
En un espectáculo sin precedentes de creatividad lingüística, Miguel Antonio Bernal ha sido designado para un puesto diplomático que desafía toda clasificación. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, se trata nada más y nada menos que de ‘Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en Misión Especial’. Sin embargo, la Presidencia, en tres comunicados oficiales distribuidos entre el domingo 20, lunes 21 y martes 22, ha optado por llamarlo simplemente ‘el embajador designado en Francia’. ¿Será que, en la diplomacia moderna, los títulos son como los nombres de los productos en los supermercados: cada uno con su propia etiqueta para el mismo contenido? O quizá, en este caso, el cargo es tan ambiguo que necesita múltiples marbetes para intentar definirlo. Cuando la diplomacia se vuelve un juego de fosforencia insustancial.
Episodio 5. La Asamblea: La verdadera liga de la justicia presupuestaria
A pocos días de que culmine el periodo legislativo, la Asamblea Nacional de Diputados ha decidido marcarle la cancha al Ejecutivo una vez más, recomendando modificaciones al glorioso proyecto de presupuesto general del Estado. En una emocionante sesión de la Comisión de Presupuesto, con la poco discreta presencia de la siempre atenta Dana Castañeda, los diputados presentaron un fascinante abanico de propuestas que abordan desde las leyes vigentes de las universidades hasta el subsidio al gas licuado, pasando por los intereses preferenciales para las hipotecas y, por supuesto, la célebre Autoridad de Descentralización. Todo esto ocurre justo unas horas después de que un grupo de representantes de corregimientos y alcaldes se presentó en la cámara a hacer su mejor imitación de ‘¡No más recortes!’ ante los fondos descentralizados. Ahora las modificaciones presupuestarias se volverán la próxima gran telenovela de nuestra política: ‘Las Desventuras del Presupuesto’, donde los protagonistas siempre tienen la misma trama… ¡y el mismo final!.
Relaciones Internacionales… o cómo mantener el árbol genealógico bien regado
Ya esta columna lo había anunciado, y ahora se ha hecho oficial: José Javier Mulino Quintero, el mismísimo hermano del mandatario panameño, será embajador en Portugal. ¡Qué sorpresa! Una designación que encaja como anillo al dedo con esa entrañable tradición del nepotismo, tan prohibida en la ley como practicada por nuestros gobiernos. Porque, al final, ¿qué son los lazos familiares sino el mejor currículum? Y, por supuesto, el diputado oficialista Sergio Gálvez no iba a quedarse fuera del club. Su hermano, Mario Gálvez, exjugador de la selección nacional de baloncesto, ha sido nombrado embajador en Honduras. La experiencia diplomática es evidente: si sabes encestar, seguro sabes negociar tratados. Además, no es su primera vez; en el gobierno de Martinelli ya había demostrado sus habilidades como embajador en Cuba. Lo que se hereda no se hurta, dicen por ahí. ¿Y quién dijo que este gobierno no respeta las tradiciones? No solo las respeta: las mejora. Aquí no se trata de nepotismo, se trata de continuidad estratégica. Al paso que vamos, tal vez el próximo embajador en Marte también sea un primo lejano. Si hay cancha para todos, ¿por qué no también una embajada?
Martinelli mueve las fichas; sus escuderos tiran los dados
Desde la embajada de Nicaragua en Panamá, Ricardo Martinelli juega dos partidas simultáneas: una de ajedrez y otra en los pasillos del poder, mientras mueve fichas para revertir su condena de 10 años. Con tres magistrados ya cuestionando un fallo que podría venir en su contra, el expresidente parece confiado en que la victoria es solo cuestión de tiempo. ¿Perder? Por favor, eso no va con él. Mientras tanto, en la Asamblea, sus leales escuderos —Jaime Acosta, Ariel Vallarino y Luis Eduardo Camacho— intentaron endurecer las sanciones por calumnia e injuria, porque claro, en Panamá la prioridad es que nadie ofenda a los políticos. Pero su misión fracasó ante el rechazo de Roberto Zúñiga (Vamos), José Pérez Barboni (Movimiento Otro Camino) y Francisco Brea (Partido Panameñista). Otros, como Ana Poveda y Manuel Cheng, optaron por la estratégica abstención, demostrando que a veces la neutralidad es la mejor manera de no perder amigos. ¿La moraleja? En la política panameña siempre habrá otra oportunidad, así que no hay prisa. Si Martinelli puede jugar varias partidas a la vez, sus escuderos también pueden aprender a perder con clase. Aunque, a este ritmo, no sabemos si están jugando ajedrez… o simplemente tirando dados y esperando que el azar haga su magia.
Nuevo Procurador: La independencia judicial está en buenas (y conocidas) manos
Poco a poco, Mulino va completando sus fichas en el tablero de la justicia. Sin mayores sobresaltos —porque, claro, en estas designaciones todo es más suave que un masaje tailandés—, Luis Carlos Gómez Rudy pasó sin despeinarse por el tamiz del pleno legislativo rumbo a convertirse en el nuevo procurador general de la Nación a partir del 2 de enero de 2025. Mientras tanto, Grettel Villalaz fue ungida como procuradora de la Administración en la Comisión de Credenciales. Ahora, sin espacio para excusas baladíes, la tarea del nuevo procurador es clarísima: garantizar la independencia del Ministerio Público frente a presiones políticas y perseguir la corrupción ‘a todos los niveles’. Sí, incluyendo esos casos de alta complejidad que involucran a sus excompañeros de cuartel, con quienes hace poco compartía reuniones y anécdotas de oficina. Porque, como sabemos, no hay nada que inspire más confianza que un cazador investigando a su propia manada. ¿El resultado? Un Ministerio Público tan independiente que su próximo caso estrella podría ser una investigación exhaustiva sobre quién se robó el último croissant del bufé. Y, como la justicia siempre llega, aunque sea en sandalias y a paso lento, seguro en unos años veremos grandes titulares: ‘Después de una década, el Ministerio Público concluye que el mayor obstáculo en la lucha contra la corrupción fue el tráfico… el tráfico de las 5 de la tarde’.