El aclamado cantautor y actor Kris Kristofferson falleció a los 88 años en su hogar en Maui, Hawái, dejando un legado indeleble tanto en la música como en el cine. Conocido por su talento multifacético, Kristofferson fue una figura prominente que dejó una huella en la cultura popular americana desde finales de los años sesenta.
Durante su carrera, Kristofferson compuso numerosas canciones icónicas, entre ellas “Sunday Mornin’ Comin’ Down”, “Help Me Make it Through the Night”, “For the Good Times” y “Me and Bobby McGee”, temas que, aunque a menudo interpretados y popularizados por otros artistas, demostraron su habilidad excepcional como letrista. La versión de Janis Joplin de “Me and Bobby McGee”, por ejemplo, se convirtió en un éxito póstumo número uno, destacando la profundidad emocional y la maestría narrativa de su trabajo.
Su carrera en Hollywood fue igualmente notable, destacando su participación en filmes como “Alice Doesn’t Live Here Anymore” dirigida por Martin Scorsese, y “A Star Is Born” junto a Barbra Streisand. También es recordado por su papel en la saga de acción «Blade» al lado de Wesley Snipes.
Además de su brillante carrera artística, Kristofferson fue un hombre de vasta erudición y cultura. Rhodes Scholar y ex militante del ejército de EE.UU., poseía un máster en inglés de la Universidad de Oxford y rechazó un puesto académico para perseguir su pasión por la música en Nashville. Su encuentro con Johnny Cash y el apoyo que este le brindó fueron cruciales en el despegue de su carrera musical.
La vida de Kristofferson no solo se definió por sus logros profesionales, sino también por su vida personal rica y variada, incluyendo su matrimonio con la compositora Rita Coolidge, con quien compartió dos premios Grammy.
El mundo de la música y el cine lamenta la pérdida de un verdadero renacentista, cuya obra y personalidad seguirán resonando por generaciones.